El día que ‘GH VIP 6’ sacó la artillería pesada para ‘cargarse’ a El Koala… y no lo consiguió
Lo que anoche se vivió en Gran Hermano VIP 6 (GH VIP 6) fue de vergüenza absoluta. El despotismo de Jorge Javier Vázquez, la manipulación constante de vídeos y el linchamiento hacia El Koala fue lo más sucio y rastrero que se ha visto en televisión en mucho tiempo. Interesaba salvar a Makoke y, para ello, el reality sacó toda su artillería pesada contra El Koala, uno de los concursantes favoritos de la audiencia. Estuvieron cerca de conseguirlo pero, de nuevo, fallaron en el intento… dejando a relucir el juego sucio que predomina en esta edición, la más oscura de todas las emitidas hasta la fecha.
Quedaba media hora para cerrar las líneas telefónicas y para dar el nombre del expulsado de la noche. Media hora de constante manipulación y linchamiento para hacer que el porcentaje de El Koala subiera hasta protagonizar otro sorpaso y, así, salvar a Makoke. 30 minutos de constantes vídeos contra El Koala, dejando al concursante de falso, faltón, estratega… Nada más lejos de la realidad. Basta con seguir el canal 24 horas de GH VIP 6 para comprobar quién es El Koala, qué hace, qué dice y cómo actúa. 30 minutos para beatizar a Santa Makoke, ningún vídeo que comprometiera a la ex de Kiko Matamoros (Y los hay, vaya si los hay…).
Se cerraban las líneas. La suerte estaba echada. Y, de pronto, entró en escena el amigo y defensor de El Koala, que se encargó de decir lo que todos pensábamos. «Linchamiento». Linchamiento, sí. Con todas las letras. Y, para más inri, Jorge Javier Vázquez tuvo los santos ‘bemoles’ de mandar callar al defensor, cuál ente superior que se cree con la verdad absoluta, simplemente por el hecho de haber tenido la valentía de tratar de poner fin al juego sucio, al tongo, a la manipulación, al despropósito que impera este año en un ‘GH VIP’ que tiene muy poco de VIP y, aún menos, de GH.
Pero no. No lo consiguieron. Koala, pese a todo y todos, se salvó. Por la mínima, sí. El juego sucio y la sinrazón estuvo a punto de ‘cargarse’ a uno de los grandes concursantes de la edición. Se salvó. Él salvado y el reality, de nuevo, retratado, herido, abatido, en el fango…